Medicina Natural By Inma Aqui

lunes, 27 de septiembre de 2010

La Ratita Presumida

LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO




Érase un labrador tan pobre, tan pobre, que ni siquiera poseía una vaca. Era el más pobre de la aldea. Y resulta que un día, trabajando en el campo y lamentándose de su suerte, apareció un enanito que le dijo:

-Buen hombre, he oído tus lamentaciones y voy a hacer que tu fortuna cambie. Toma esta gallina; es tan maravillosa que todos los días pone un huevo de oro.

El enanito desapareció sin más ni más y el labrador llevó la gallina a su corral. Al día siguiente, ¡oh sorpresa!, encontró un huevo de oro.

Lo puso en una cestita y se fue con ella a la ciudad, donde vendió el huevo por un alto precio.

Al día siguiente, loco de alegría, encontró otro huevo de oro. ¡Por fin la fortuna había entrado a su casa! Todos los días tenía un nuevo huevo.

Fue así que poco a poco, con el producto de la venta de los huevos, fue convirtiéndose en el hombre más rico de la comarca. Sin embargo, una insensata avaricia hizo presa su corazón y pensó:



"¿Por qué esperar a que cada día la gallina ponga un huevo? Mejor la mato y descubriré la mina de oro que lleva dentro".

Y así lo hizo, pero en el interior de la gallina no encontró ninguna mina. A causa de la avaricia tan desmedida que tuvo, este tonto aldeano malogró la fortuna que tenía.



GENTILEZA DE
.blogspot.com  http://angelescp.blogspot.com/2008/07/la-gallina-de-los-huevos-de-oro.html

martes, 21 de septiembre de 2010

lunes, 13 de septiembre de 2010

domingo, 12 de septiembre de 2010

lunes, 6 de septiembre de 2010

RELAJACIÓN PARA NIÑOS




      Una vez se controle el procedimiento explicado en los anteriores módulos, podremos pasar a trabajar la relajación en niños. La relajación para niños mayores de 8 años es similar al procedimiento anterior, siendo los principales cambios los relacionados con la explicación que se le da al niño para que lleve a cabo las actividades.
      Sin embargo, el entrenamiento que se realiza en niños menores de esa edad suele necesitar de una intervención más activa del profesor o persona que dirije la relajación.
      No vamos a extendernos en este tema, simplemente daremos una pequeñas indicaciones para que no tenga problema en aplicar las técnicas que ya conoce al caso concreto de los niños pequeños y mayores.
      Vamos a ver esto por separado:
1.- RELAJACIÓN PARA NIÑOS MAYORES
1.- Posibles problemas:
     Uno de los principales problemas con los que nos podemos encontrar en el entrenamiento es la timidez del niño, que se muestra en los ejercicios de tensar y relajar (especialmente la cara). Pueden reirse y encontrar jocoso el ejercicio, sin embargo lo más efectivo será ignorar las risas e indicar que se trata de parte del procedimiento y que deben continuar.
2.- Explicación:
      " Cuando te sientes alterado, tenso o nervioso, los músculos de tu cuerpo se ponen rígidos, tensos y duros. Si aprendes a saber que musculos son esos y a relajarlos, sabrás cuales son cuando te pase y sabrás relajarlos. Te sentiras relajado porque tus músculos están relajados. Nosotros vamos a enseñarte a saber esto pidiendote que pongas los músculos rígidos y que luego los sueltes, los relajes... Así sabrás la diferencia que hay entre rígido y relajado, sabrás cuando estás tenso y cómo relajarte. Si aprendes a relajarte como te digo y luego practicas como te diré, sabrás relajarte en situaciones en las que este nervioso."
      En esta explicación lo más importante es incluir ejemplos relacionados con la vida del niño (ej. Te servira relajarte cuando estes furioso con alguien para no entrar en una pelea.).
3.- Tareas para casa:
      Hay que indicarle que trate de entrenar los métodos que le enseñamos antes y después de una situación que le ponga nervioso. Si esta nervioso porque tiene que ir al dentista y tiene miedo, que lo haga antes de ir y después de ir. Pero no hace falta que sean situaciones escepcionales, basta con que practique en situaciones cotidianas: ver un programa de televisión, hacer los deberes, jugar al futbol, etc.

RELAJACIÓN PARA NIÑOS PEQUEÑOS
 
      A continuación se exponen las principales adaptaciones de las relajación aplicada a niños pequeños respecto a la de adulto:
1.- Los niño deben de aprender primero grupos grandes de músculos (brazo, piernas, etc.)
2.- Se suelen utilizar reforzadores concretos (fichas, golosinas, actividades gratificantes, etc.) y también sociales (sonrisas, halagos, caricias, etc.).
3.- Se pueden utilizar jueguetes (muñecos de trapo, silbatos, molinillos de viento, etc.)
4.- Instrucciones más simples y más cortas.
5.- Es necesario que el niño aprenda ciertas habilidades antes: posición de relajación, contacto ocular, imitación, obedecer ordenes,etc.
6.- Las sesiones deben de ser más cortas y más frecuentes para compensar la falta de atención del niño. Una sesion puede durar unos 15 minutos.
7.- Hay que controlar más los aspectos ambientales, puesto que los niños pequeños son más facilmente distraibles. Se debe de intentar que la habitación no presente excesivos elementos distractores y que en la medida de lo posible sea silenciosa.
8.- La persona que enseña la relajación al niño debe ayudarlo físicamente, por ejemplo, cogerle el brazo para indicarle que lo ponga rígido y soltarlo para comprobar que está relajado.
9.- Para los ejercicios de respiración se pueden usar juegos: hacerlos soplar por un silbato sin que este suene, inflar un globo, hacer pompas de jabón, etc.
10.- Es importante el modelado, por lo que ayuda la presencia de otro niño que controle ya el procedimiento y que pueda servirle de modelo.


viernes, 3 de septiembre de 2010

Los desafíos y problemas que enfrentan












Según los especialistas, los niños se van acostumbrando lentamente a las rutinas del horario de clase, que deben ser muy didácticas.
Tobías entró recién al colegio y aún no entiende por qué debe asistir a clases todos los días. Su tío Hartmut no sólo trató de convencerlo, sino que escribió un libro para explicarle por qué es bueno que los niños como él vayan al colegio. Así comienza el libro "¿Por qué tengo que ir a la escuela?", de Hartmut von Hentig y editado por Gedisa.

El texto puede ser una buena guía para aquellos padres que están viendo hoy la tarea de que sus hijos vayan al colegio, entren a primero básico, pero no lo están pasando bien. Lo cierto es que muchos niños no se acostumbran fácilmente a las rutinas y horarios del actual sistema educacional y los padres deben estar atentos frente a las primeras crisis.

A: Asumiendo rutinas

Por lo general, los niños son inquietos y es difícil mantenerlos concentrados por cerca de 45 minutos, que es lo que dura una hora de clases. Por eso, si los niños comienzan a decir que se aburren o, incluso, se quedan dormidos, es bueno que los padres se fijen que las actividades que se realizan en el colegio sean adecuadas para su edad, aconseja Carolina Salamé, directora de Sicopedagogía de la U. Mayor. De la misma manera, Juan Xavier Massabó, profesor de primero básico del colegio Tabancura, de Vitacura, sostiene que a los niños hay que tenerlos motivados: "Los pequeños se van acostumbrando a las rutinas del horario de clase, que no deben implicar más de 15 a 20 minutos de trabajo tranquilo. Todo el resto debe ser didáctico". En cuanto a las reglas que existen en la sala de clase y que los niños deben aprender a cumplir, Massabó sostiene que deben ser normas que los niños entiendan, no impositivas y que, idealmente, sean fruto del consenso entre profesores y los niños.

B: Inculcando la autonomía

En una casa nunca existen 30 o más niños que cuidar, como sí ocurre en la escuela, por lo que no es difícil satisfacer las necesidades de los hijos. Pero, aunque en el colegio siempre hay un adulto a cargo, se requiere que los niños adquieran independencia, ya sea para amarrarse los cordones de los zapatos o sacar punta al lápiz. Y aunque es en la escuela que se requiere esa autonomía, es en la casa donde se debe inculcar. Constanza Baeza, coordinadora de Educación Básica y profesora del colegio Raimapu, de La Florida, señala que en sus casas los menores deben ser capaces de hacer pequeñas rutinas, como ordenar sus juguetes. Esto, porque "para los niños que no hacen nada en su casa, es muy complicado llegar al colegio creyendo que lo harán todo". Por lo mismo, los deberes que se les asigne en casa deben ser realizables: "A veces los padres ponen tareas imposibles y los niños piensan que no pueden hacer nada".

C: Integración infantil

Según Baeza, más importante que los niños empiecen a aprender las letras y los números en el colegio, es que creen lazos afectivos con sus compañeros y con la tía que les enseña y los cuida todos los días.

Todo eso, considerando que no todos los niños están acostumbrados a convivir diariamente con decenas de otros pequeños de su misma edad. Para ello, agrega Baeza, hay que generar actividades que los hagan sentir parte un grupo y que los menores se logren identificar con él.


Mi hijo no quiere ir al colegio

1. Según la sicopedagoga Carolina Salamé, es normal que el proceso de adaptación de un niño al colegio dure un par de semanas. Sin embargo, si pasa a ser algo constante, se puede estar frente a un problema.

2. Siempre que los menores se niegan a asistir a clases es porque existe una causa real que los aproblema: lo natural es que el niño quiera compartir con sus pares y aprender cosas nuevas, indica la profesora Constanza Baeza.

3. Una buena estrategia para saber qué les molesta a los niños en el colegio, sugiere el profesor Juan Xavier Massabó, es que los papás les cuenten que tienen un amiguito pequeño que no quiere ir a clases y preguntar al hijo qué recomendación le darían.

"El niño siempre va a responder desde su propia realidad, porque es la única que conoce y, a través de sus respuestas devela sus temores y sentimientos"



http://todohijos.cl/?a=2467

gentileza   de  todohijos.cl

jueves, 2 de septiembre de 2010

Vuelta a empezar”





/universojoven/image/393.VUELTA AL COLE.jpg  340 x 346Ha llegado el tan temido momento de la vuelta al cole y algunas sensaciones se apoderan de nosotros: “¡Por fin, qué alivio!” o “¿Cómo voy a hacer para que se centre de nuevo en los estudios?” Nuestros hijos e hijas, por su parte, probablemente estén entre ansiosos y expectantes con el regreso y demasiado deshabituados y relajados como para iniciar el curso con un rendimiento aceptable.
¿Qué hacer con todo esto? 
No es conveniente, como en todo, irse a los extremos. Hemos de ser conscientes de que no se puede exigir un rendimiento al cien por cien desde el primer día pero tampoco debemos dejar que el “periodo de adaptación” se prolongue demasiado.
Igual que nos pasa a los adultos, a nuestros hijos e hijas también les lleva un tiempo cambiar el ritmo a la vuelta de vacaciones. Sensaciones de abatimiento y de ausencia de concentración serán frecuentes estos días.
Una buena estrategia es ir marcándoles el ritmo y los tiempos de estudio e ir incrementándolos poco a poco. Así, si la primera semana se tienen que sentar con las tareas escolares media hora, la segunda será un cuarto de hora más, la tercera una hora… y así hasta que alcancemos el tiempo que requiere nuestro hijo o hija, según su edad y curso escolar.
No nos alarmemos si busca excusas para levantarse a cada momento, se despista y parece que nuestros logros de cursos anteriores se han ido al traste. Pronto retomarán los hábitos que adquirieron, sobre todo si hemos mantenido rutinas en el verano.
También es bueno intercalar, al inicio del curso, las costumbres veraniegas con las rutinas escolares. Es decir, aprovechando la jornada de mañana en el colegio, podemos hacer los deberes a primera hora y después darnos un chapuzón en la piscina. De esta manera el cambio de hábitos no es tan brusco.  
Es conveniente comenzar a preparar la vuelta a clase con tiempo. Si en las semanas previas vamos ya hojeando los libros, revisando las tareas de verano, pensando qué actividades haremos, cómo nos organizaremos… vamos “bajando a la realidad” a nuestras hijas e hijos, les preparamos para el cambio de su rutina. 
A este respecto, nos parece interesante comentar la tendencia, muy frecuente al acercarse el inicio de las clases, de renovar todos los materiales escolares, tanto si es necesario como si no. La mayoría de los niños y niñas asocian el inicio del curso con las compras: ropa nueva, mochila, bolis, la carpeta del actor o la serie de moda… Tienen la sensación de que sólo les compramos ese material al inicio del curso. Hay que aclararles que, lo que necesiten, se comprará -sea septiembre o sea enero- siempre y cuando sea necesario y adecuado a sus necesidades.  
Las campañas publicitarias y las demandas de nuestras hijas e hijos, nos llevan a veces a un consumo irracional. Quizá sea una estrategia a través de la cual intentamos ilusionarles y motivarles con la vuelta a clase pero lo más frecuente es que tras estrenar la carpeta nueva o la mochila… pierdan interés rápidamente. De esta manera más que incentivar su esfuerzo, les estamos dando un claro ejemplo de consumo irresponsable. Podemos negociar un capricho, una compra que no es necesaria pero les ilusiona, pero restringiéndolo a uno o dos objetos.
En este sentido y también como preparación para el inicio de curso, sería conveniente que, junto a nuestros hijos e hijas, revisásemos el estado de los materiales del curso pasado y decidiésemos los que aún tienen más tiempo de uso. Es un buen momento para enseñarles a reciclar y a reutilizar objetos. Por ejemplo, si un cuaderno ya está bastante gastado, podemos guardarlo para ejercicios en sucio o como papel para estudiar. Así, no sólo aprovechamos las hojas sino que trasmitimos la necesidad de aprovechar al máximo los recursos de los que disponemos. Es decir, educamos.