
¿Qué hacer con todo esto?
No es conveniente, como en todo, irse a los extremos. Hemos de ser conscientes de que no se puede exigir un rendimiento al cien por cien desde el primer día pero tampoco debemos dejar que el “periodo de adaptación” se prolongue demasiado.
Igual que nos pasa a los adultos, a nuestros hijos e hijas también les lleva un tiempo cambiar el ritmo a la vuelta de vacaciones. Sensaciones de abatimiento y de ausencia de concentración serán frecuentes estos días.
Una buena estrategia es ir marcándoles el ritmo y los tiempos de estudio e ir incrementándolos poco a poco. Así, si la primera semana se tienen que sentar con las tareas escolares media hora, la segunda será un cuarto de hora más, la tercera una hora… y así hasta que alcancemos el tiempo que requiere nuestro hijo o hija, según su edad y curso escolar.

También es bueno intercalar, al inicio del curso, las costumbres veraniegas con las rutinas escolares. Es decir, aprovechando la jornada de mañana en el colegio, podemos hacer los deberes a primera hora y después darnos un chapuzón en la piscina. De esta manera el cambio de hábitos no es tan brusco.
Es conveniente comenzar a preparar la vuelta a clase con tiempo. Si en las semanas previas vamos ya hojeando los libros, revisando las tareas de verano, pensando qué actividades haremos, cómo nos organizaremos… vamos “bajando a la realidad” a nuestras hijas e hijos, les preparamos para el cambio de su rutina.
A este respecto, nos parece interesante comentar la tendencia, muy frecuente al acercarse el inicio de las clases, de renovar todos los materiales escolares, tanto si es necesario como si no. La mayoría de los niños y niñas asocian el inicio del curso con las compras: ropa nueva, mochila, bolis, la carpeta del actor o la serie de moda… Tienen la sensación de que sólo les compramos ese material al inicio del curso. Hay que aclararles que, lo que necesiten, se comprará -sea septiembre o sea enero- siempre y cuando sea necesario y adecuado a sus necesidades.

En este sentido y también como preparación para el inicio de curso, sería conveniente que, junto a nuestros hijos e hijas, revisásemos el estado de los materiales del curso pasado y decidiésemos los que aún tienen más tiempo de uso. Es un buen momento para enseñarles a reciclar y a reutilizar objetos. Por ejemplo, si un cuaderno ya está bastante gastado, podemos guardarlo para ejercicios en sucio o como papel para estudiar. Así, no sólo aprovechamos las hojas sino que trasmitimos la necesidad de aprovechar al máximo los recursos de los que disponemos. Es decir, educamos.
genteleza de www.fapar.org/escuela_padreshttp://www.fapar.org/escuela_padres/ayuda_padres_madres/vuelta_cole.htm
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